Ya era el último, y decidí no sombrear a ver si así mejoraba algo. Pero tampoco medí, con lo cual las proporciones de la pelvis están mal.
Después a tomar unas cañas (unas pocas) con Luis, Alicia y Antonio, y a despellejar a Hirst aunque Luis defienda sus conceptos. Es lo bueno que tiene el arte, y la última conclusión a la que llegué en la noche: que se pueden defender los dos polos opuestos por las dos partes en una misma frase, lo cual indica lo difuso de los límites hoy en día del arte/no arte, y la libertad a la que ha llegado el artista desde el siglo XX.
domingo, 18 de enero de 2009
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