Un pequeño ejercicio de los habituales en las escuelas de Bellas Artes: con sólo 2 colores (más blanco), representar un motivo. En este caso me ha resultado especialmente difícil porque he seleccionado un rojo inglés que tiraba muchísimo a naranja, y un azul prusia que tiraba claramente a verde, con lo cual la mezcla de los dos (un color caliente que tira a más caliente, con uno frío que tira a más frío) daba un marrón sucio horrible. Pero así es el ejercicio, y con ello he tenido que tragar.
De todas formas es curioso el resultado: las picotas parecen granates, carmín o un rojo frío similar, pero sin embargo son un azul amarronado que da el pego junto al azul del cuenco de loza.
Estoy leyendo un libro sobre el arte en la prehistoria, y es increíble como con un par de pigmentos pintaban lo que pintaban. Creo que no hemos mejorado demasiado con respecto al bisonte de Altamira, y de eso hace ya 15.000 años. Es más, creo que nunca llegaré a pintar nada que se aproxime ni de lejos a la fuerza y el carácter que tiene ese bisonte. El cántabro que lo pintó, sí que era un auténtico artista.
Gouache sobre Guarro Canson A5
martes, 13 de julio de 2010
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