Como Javier está empezando a quitarme el miedo al color, y animándome a meter materia en los cuadros, he arrancado ayer un proyecto sobre manos. Hace 15 días pedí a Sandra, una compañera del trabajo (que podría ser modelo de Egon Schiele perfectamente) que me dejara fotografiar sus manos, pues tiene unos dedos largos y nudosos, preciosos para un dibujo al carboncillo. Pero como estoy con el color, pues nada de carboncillo, y vamos a dar acrílico.
Primero he aplicado una capa de Gesso coloreada con un poco de violeta, para que no quede todo blanco...
domingo, 1 de marzo de 2009
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