El artista en acción...

Bueno, pues era la primera vez que dibujaba en la calle y la experiencia ha sido muy buena. Una vez pasados los primeros cinco minutos en que te acostumbras a que te estén mirando de reojo o directamente pasando a tu lado "a ver qué haces", puedo decir que he aprendido un montón. Primero, a dibujar muy muy rápido. Segundo, a "ver" un edificio - hasta ahora nunca lo había hecho. Y tercero, a sacar esos cinco minutos de cualquier lado para hacer el apunte rápido.

Por otra parte, ya no me acordaba de lo bien que se come (y se bebe) en Portugal, de lo super-amables que son (sobre todo los camareros, a ver si aprendemos en Valladolid), de lo bonita que es Lisboa

Juan Diego, no puede ir al sitio que comentas porque mi hermano también tiene su favorito: La Draga de Alfama (Rúa de Guilherme Braga 8), muy cerca del tuyo, y que también es un sitio muy poco turístico donde cantan fados como Dios manda, y te dan de comer hasta ponerte azul. Y además no te dan el pescado limpio, con lo cual puedo volver a practicar lo que me enseñaron mis padres de cómo se comen, que se me estaba olvidando. Guardo tu restaurante para la próxima, porque la habrá.

Monasterio de los Jerónimos

El último dibujo, ya casi sin tiempo. Pero tampoco está tan mal para ser la primera vez que dibujo un edificio, algo a lo que están muy habituados los compañeros de la Academia de Ezra que estudian para arquitectos.

Monumentos

Y el último día (fiesta nacional: 25 de Abril, aniversario de la revolución de los claveles), lloviendo a todo llover, visitamos la Torre de Belem y el Monasterio de los Jerónimos.
Aquí unos bocetillos de la Torre de Belem a toda prisa...

Más arbolitos...y maniquíes y puentes.

Más escaparates y edificios...

Día 2: de compras en FREEPORT

Omito el resto de dibujos del día de llegada (el parque Eduardo VII, guardias a caballo...) porque no llegan a los ya de por sí bajos estándares de calidad de este blog.
El segundo día decidí aplicar la táctica Joshemari: dejar a mi mujer volar libre de tienda en tienda mientras yo me iba a dibujar un rato. Pero las mujeres son listas, y Marta más que la media. En vez de irse de compras al centro me llevó a un conglomerado de outlets que David la había recomendado, a 35 kms. de Lisboa. Parte buena: cruzamos el puente 25 de Abril a la ida, y el Vasco de Gama a la vuelta. Impresionantes.
Segunda parte buena: pude dibujar un montón de maniquíes que no se mueven y son unos perfectos modelos. Además había unas estructuras arquitectónicas la mar de curiosas.
Me salto algunos escaparates y edificios, y pongo lo más destacable. El árbol no llega al nivel de los de Siete ni a la serie de "Modificación de Estructuras" de Cardesin, pero al menos me permitió fijarme un poco en cómo están construidos...

Viajando a Lisboa

Estrenando la Moleskine dentro del coche (¡qué difícil es dibujar con tanto traqueteo), y aprovechando el ratito en todo el viaje que Marta cogió el volante (se había dejado el carnet, yo creo que adrede), hice unos pequeños bocetos del entorno: Marta, el salpicadero, y mis pies. No me gusta ninguno, pero me consuelo pensando que las condiciones no eran las mejores...

¡De vuelta!

Tras cuatro días fantásticos en Lisboa (hasta hemos participado en su fiesta nacional del 25 de Abril), y ya de vuelta con un cansancio tremendo y cuatro kilos más en la barriga - a kilo por día, no está mal - volvemos al dibujo. En realidad no lo he abandonado estos días, pues dediqué un ratito en cuanto pude a la Moleskine, que ahora estoy escaneando y subiré mañana.
Mientras tanto, unos dibujos que hice a mi llegada de mis hijos mientras veían los dibujos animados (el único momento del día en que los puedo pillar quietos). El último tiene un aire EgonSchielesco que me hace cierta gracia.
¡Tengo que ponerme al día con los blogs de todo el mundo, a ver qué obras de arte me he estado perdiendo!

¡A Lisbon!

Llevo tres días missing in action en León, y ahora mismo parto para Lisboa con mi Moleskine a cuestas a imitar a Joshemari. ¡Ya os enseñaré cosas a la vuelta! ¡Hasta el lunes!

Pastel de pera

Mejor dicho: pera al pastel, que creo que era el único medio que me faltaba (bueno, falta temple - pero estoy sin huevos en el frigo -, fresco - pero mi mujer pondría el grito en el cielo si pinto alguna pared, y alguna técnica más sin importancia :-) )

Está sobre papel de embalar corriente sin grano, por lo que he tenido que hacer mucha masa (como me enseñó Ezra) para que salga algo. Como estaba iluminado por arriba con luz artificial cálida, y por el lado por la ventana, he aprovechado para meter algo de contrastes frío/caliente a ver qué tal.

La foto sale distorsionada porque la he hecho sobre un plano inclinado, y ha "aplanado" la pera, pero de nuevo es un mero experimento, y un día más cumplido habiendo dibujado o pintado probando nuevas cosas.

Boceto de Toppi

El único boceto que he podido encontrar de Don Dino por ahí. A Eduardo Alvarado seguro que le gusta.

En fin, visto lo visto, vuelvo a mis acrílicos un rato con un nuevo cuadro que tengo a medias. Ya tengo dos en el caballete, a ver cuál cae antes.

Más Toppi

Sergio Toppi

Recientemente comentaba con Ezra (no sé por qué surgió el tema) cuál habría sido el destino de Sergio Toppi, dibujante italiano del que hace años que no oigo nada y que quizás fue mi favorito durante mi adolescencia.

Conocí a Toppi por "Il Corriere dei Ragazzi", revista para niños italiana que me traía mi padre de sus viajes, y en la que descubrí a gente como Hugo Pratt, Dino Battaglia, Breccia padre, y un montón más...casi nada.

A mí Toppi me gustaba por varias cosas: el que casi siempre tocaba temas históricos que me apasionan, su uso increíble de la plumilla y el pincel, y sobre todo, su forma de componer las páginas. Sencillamente, cada página era una ilustración en sí misma. Los personajes se superponían unos a otros sin tener en cuenta perspectivas, y haciendo sus propias siluetas de viñeta. Los blancos y negros se compensaban unos a otros de forma magistral, y a su vez enmarcaban siluetas, globos o viñetas.

Dejo unas muestras de su obra, porque repito, no he conseguido saber en qué anda embarcado ahora. Y total, para un ilustrador de su categoría, los 76 años que tiene ahora marcan el momento de empezar sus mejores dibujos.

más...

Nada, que no hay forma...

Llevo dos días hecho un asquito físicamente, y he tenido que forzarme un poco a pintar porque la cabeza me decía que nones. Ayer en la academia aproveché para hacer acuarela ya que había overbooking en los caballetes grandes, y ya había estado toda la mañana con acrílicos.

Sigo probando con ellas, pero no hay forma. Todos decís que es cuestión de practicar y practicar, así que por mí no quede. Y bueno, ya sé que no debería subir esto al blog sin un mínimo de autocensura, pero como digo siempre, es la zanahoria atada al palo para seguir dibujando cada día.

Gracias a todos por los ánimos.