Esto es un dibujo grande de mi hija Marta (7 años), a la cual regalé un carboncillo el otro día y se puso la mar de contenta. Así que la puse en un panel de madera un papel y la enseñé cómo se difumina con la mano y el trapo (véase la pera de arriba a la derecha, se distingue fácilmente porque es lo más feo de todo el dibujo).
Pongo el dibujo porque me hizo mucha gracia que además de dibujar huevos fritos, frutas varias y pan, todo cosas muy loables, dibujó abajo un trozo de tarta y un macarrón totalmente cubistas. El macarrón tiene la perspectiva de los dos extremos, y la tarta es casi un alzado+frente+perfil.
Lo dicho, Picassiano.
sábado, 11 de abril de 2009
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