Después de una noche toledana con el trancazo que me he pillado, me lanzo al proceloso mar de las acuarelas, que no tengo que montar tanta parafernalia como con los acrílicos y demás. Además me viene bien, porque como no tengo ni idea de acuarelar, voy a ver si aplico alguno de los consejos de Charles Reid y queda medio decente.
Esta es la primera prueba, de tanteo.
lunes, 13 de abril de 2009
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