Acrílico de domingo

Como hacía tiempo que no me metía con los acrílicos, y aprovechando la mañana tan rara que hace (todo nublado, medio lloviendo a ratos) he aprovechado para intentar pintar lo que se ve por mi ventana. Me he cargado unos cuantos chalés pareados, eso sí (da igual porque ahí creo que es donde van a poner el golf y las escaleras mecánicas para subir a Parquesol), pero la idea era ver si era capaz de conseguir que los tonos del cielo se distinguiesen de los de la tierra, una cosa muy simple, pero que siempre tengo a igualar. Por alguna extraña razón, mis cielos siempre son tan oscuros como la tierra, así que quería forzarme un poco. Y esa parte creo que la he conseguido.
Otra cosa que quería intentar era la perspectiva atmosférica: simular la sensación de lejanía. En parte lo he logrado, pero dado que los acrílicos se oscurecen al secarse, quizás hubiera quedado mejor aclarando un poco las partes más lejanas del terreno.
Bueno, para una mañana de domingo no está mal, ya que el deporte (aunque hemos ganado) se ha dado de pena...

Vamos a por la acuarela diaria.

Acrílico 70x40 sobre papel de embalar