Bueno, bueno, vaya sábado. Por la mañana aperitivo con la sobrinada, hermanos y mi madre, incluyendo un par de tintos de verano (se ha abierto la temporada). Después comida en casa de my mother, acuarela diaria allí a unas violetas, pequeña siesta de 15 minutos, y a hacer deporte (con 36º, no está mal). Después, de picoteo con Marta madre y Santiago (Martita estaba de cumple) donde cayeron otro par de tintos de verano, y desde las 11 hasta las 3 de la madrugada pintando al pastel.
Quitando los evidentes fallos de dibujo de la jarra, me lo pasé fenomenal en esas 4 horas en trance (salvo los inevitables paseos a la alacena a por Sugus de Chupa-Chups, que como saben los gourmets de los caramelos masticables son los mejores).
Y es que el pastel tiene una cualidad insuperable: se amasa. Eso sí, te tiras 4 horas amasando, pero es muy agradecido estar dando forma a la pintura con los dedos, manchándote entero tú y la habitación.
Problema: es lento, al menos para mí. Este dibujo de 70x50, sólo para cubrirlo, difuminar, fijar, volver a cubrir, etc... me llevó un buen rato, y eso que arranco dibujando directamente.
Así que, una vez visto como funciona el tema del pastel (y que no parece demasiado complicado), llegó el momento de intentar otro variando el tema, la técnica y todo lo demás para seguir avanzando y no anquilosarme aquí. Pero eso será el próximo sábado.
domingo, 14 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Hola! ¿Qué quieres decirme?