Este fin de semana he podido dar un empujón al acrílico del árbol, entre mano de acrílico (azul Mediterráneo) y mano de acrílico a una piscina. Puede parecer que no se ha avanzado mucho desde la última vez, pero para la foto de arriba dediqué toda una mañana volviendo a pintar la arboleda más lejano (al día siguiente le di una veladura azul para alejarla más), cambiar el césped, y...meterme con el árbol. También repinté el cielo con un color horrible, así que al día siguiente volví a cambiar el cielo, a velar el fondo, rehacer el camino... Una manía de ir hacia delante-hacia atrás continuamente, pero no puedo evitarlo.
En fin, que progresa adecuadamente. Lento pero seguro.
Por otra parte, he encontrado el equivalente artístico de explotar las burbujas de plástico del plástico de embalar: en vez de frotar la paleta donde has mezclado los acrílicos, sólo hay que empezar a tirar de las manchas hasta vayan saliendo. Al ser plástico, quedan como una pequeña lámina gomosa muy entretenida de ir retirando con los dedos. Se pueden hacer concursos: a ver quién saca el trozo más grande, quién deja la paleta más limpia... Lo que está asegurado es el entretenimiento, ¡menuda ida de cabeza mientras quitaba trocitos de acrílico!.
domingo, 12 de julio de 2009
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